Besedila: Ismael Serrano. Al Bando Vencido.
Se van llevando la memoria,
queda en la historia una mancha, un borron.
Mientras el resto sufre amnesia,
un viejo recuerda una cancion,
de aquella lejana batalla
donde pudo morir,
en una guerra no ganada,
a veces me pregunta por ti.
Se cree aun en la trinchera,
otra bandera, de otro color,
solemne en su viento ondea,
sobre la cima y en su salon.
A veces habla con fantasmas
de cuyo nombre se olvido.
Vencidos, nunca regresaron
de su exilio interior.
Ni un momento, ni un recuerdo,
para los que perdieron, los que construyeron
la tumba, el mausoleo,
de la miseria, del carnicero.
?Como esperas ganar sin ellos
las batallas que anteriormente perdieron?
Si han de callar, que callen aquellos,
los que firmaron pactos de silencio.
Tratan de convencerle, abuelo,
las explosiones han terminado.
Pero cuando sale a la calle,
Madrid parece bombardeado.
Y lee escritos en los muros,
gritos contra los que lucho,
y personajes de rostro oscuro
que le inculcaron el terror.
Y un dia, sin darnos cuenta,
el viejo, con sus historias, se consumio
Y en la memoria de su nieto
solo una huella, un leve borron,
de aquella lejana batalla,
donde pudo morir,
en una guerra no ganada
donde lucho por ti.
Donde lucho por ti.
queda en la historia una mancha, un borron.
Mientras el resto sufre amnesia,
un viejo recuerda una cancion,
de aquella lejana batalla
donde pudo morir,
en una guerra no ganada,
a veces me pregunta por ti.
Se cree aun en la trinchera,
otra bandera, de otro color,
solemne en su viento ondea,
sobre la cima y en su salon.
A veces habla con fantasmas
de cuyo nombre se olvido.
Vencidos, nunca regresaron
de su exilio interior.
Ni un momento, ni un recuerdo,
para los que perdieron, los que construyeron
la tumba, el mausoleo,
de la miseria, del carnicero.
?Como esperas ganar sin ellos
las batallas que anteriormente perdieron?
Si han de callar, que callen aquellos,
los que firmaron pactos de silencio.
Tratan de convencerle, abuelo,
las explosiones han terminado.
Pero cuando sale a la calle,
Madrid parece bombardeado.
Y lee escritos en los muros,
gritos contra los que lucho,
y personajes de rostro oscuro
que le inculcaron el terror.
Y un dia, sin darnos cuenta,
el viejo, con sus historias, se consumio
Y en la memoria de su nieto
solo una huella, un leve borron,
de aquella lejana batalla,
donde pudo morir,
en una guerra no ganada
donde lucho por ti.
Donde lucho por ti.
Serrano, Ismael
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